Las técnicas quirúrgicas existentes:
Existen cuatro técnicas quirúrgicas elementales en el tratamiento quirúrgico de la incurvación del pene. Nosotros rechazamos tres de ellas (técnicas 1 a 3), puesto que, en nuestra opinión, no son beneficiosas para el paciente.
No obstante, una explicación seria requiere que le informemos sobre estas cuatro técnicas. Se las describiremos a continuación, y le aclararemos por qué nosotros rechazamos determinadas técnicas. Queremos que usted decida libremente y según su lógica.
1ª técnica: técnicas de plicatura según Nesbit, Essed-Schröder o Devine
Éstas siguen siendo aplicadas, muy a nuestro pesar, por la mayoría de los médicos alemanes. Son sencillas y rápidas de aplicar y no requieren muchos conocimientos de la especialidad. No comprendemos por qué los pacientes permiten que les operen hoy en día con esta técnica.
La parte sana, más larga, se amarra, por así decirlo, mediante suturas y debido e esto se acorta el pene. No pocas veces se padecen (especialmente los pacientes jóvenes) dolores durante la erección, que antes no se padecieron o se desgarra la sutura después de poco tiempo debido al vigor de la erección.
También se dan casos en los que el cirujano que opera pliega demasiado y, debido a esto, el pene se curva hacia el otro lado, así que debe operarse (reducirse) de nuevo. Al final, la mayoría de las veces el paciente debe permanecer en el hospital de cinco a siete días para que los médicos puedan medicarle y asegurarse, en la medida de lo posible, de que la sutura no se desgarre durante la primera fase de curación, cuando se produzcan las primeras erecciones.
Además, la curvatura congénita está arqueada en la mayoría de los casos y afecta a todo el pene, es decir, al contrario de lo que sucede con las incurvaciones patológicas, que son casi todas oblicuas, ésta no se puede rectificar convenientemente con una sola sutura de plicatura, lo que significa que se reduce el pene más veces debido a las varias suturas
2ª técnica: cortes de separación/incisión con cobertura final del defecto (cobertura del defecto con injerto de safena) o cobertura del defecto con material sintético.
En esta técnica se secciona la parte demasiado corta del cuerpo cavernoso, se deja que el pene se extienda y se cubre el defecto con un trasplante de injerto de vena safena o con un parche (la mayoría de las veces de fascia). Estas técnicas son más modernas que la de plicatura pero, desde nuestro punto de vista, no son completas. Sólo la reducción del pene resulta menor.
3ª técnica: incorporación de una prótesis de pene (la mayoría hidráulicas)
Gracias a Dios, esta técnica se aplica muy raras veces. Se implanta una prótesis en el pene con el fin de que el tejido alcance el tamaño máximo desde dentro. Esta técnica es definitiva e irreversible; el tejido propio de los cuerpos cavernosos se destroza mediante la implantación de la prótesis. La bomba sustituye a la erección normal.
Hay que rechazar tajantemente la implantación de una prótesis para el mero tratamiento de la incurvación.
4ª técnica: reconstrucción de la parte demasiado corta de los cuerpos cavernosos
Este es el método quirúrgico que nosotros aplicamos para el tratamiento efectivo de la incurvación del pene.Nosotros reconstruimos las partes dañadas de los cuerpos cavernosos con material no sintético (la mayoría de las veces con membranas de colágeno de alta calidad) mediante una meticulosa técnica. Según nuestra lógica y experiencia, este procedimiento representa la única opción terapéutica que tiene sentido en la mayoría de los casos. En el pene no se forman cicatrices visibles por fuera. En el caso de los hombres circuncisos, la cicatriz se encuentra en la misma posición que la de la circuncisión, es decir, no se nota. Sólo en raras ocasiones es necesario circuncidar durante la operación, y esto sucede en realidad sólo cuando se aprecia una fimosis que pueda perjudicar el resultado de la operación. No consideramos adecuada la circuncisión como norma general. Cuando la operación la realiza un cirujano con experiencia, manteniendo el prepucio no se produce ni infección ni parafimosis.
Debido a la especial complejidad de esta técnica, sólo pocas clínicas europeas pueden ofrecerla con la dosis necesaria de experiencia y resultados satisfactorios.
Sin embargo, esta técnica no es nueva; se conoce desde hace más de 20 años.
Si lo desea, puede concertar con nosotros una entrevista no vinculante, en la que le informaremos más detalladamente y le asesoraremos sobre las opciones existentes para su caso en particular.
Nos alegra que la mayoría de los pacientes hayan entendido las ventajas que les ofrece nuestro tratamiento. Desde 2006 se ha triplicado el número de nuestros pacientes.
En el sistema sanitario público alemán se ofrece actualmente la operación mediante la técnica de plicatura según Nesbit o Essed-Schröder en más del 90% de los casos. Desde un punto de vista médico moderno, nosotros consideramos esas técnicas como mutilaciones del paciente y nos negamos a aplicarlas.
Nosotros nos hemos especializado en los métodos de trasplante de injerto de calidad, que ofrecen muchas ventajas, en oposición a las técnicas mencionadas anteriormente, y gozamos de un gran reconocimiento internacional en este campo. Gracias a nuestra técnica actual y a nuestra exorbitante experiencia, podemos demostrar un éxito en torno al 96% (tratamiento completo) de los casos.
La pregunta de los pacientes de por qué se sigue ofreciendo por norma intervenciones de plicatura, que no son beneficiosas, si existen desde hace más de 20 años métodos mejores y más efectivos, está mucho más que justificada.
La respuesta a esta pregunta, dicho de un modo general; es una cuestión de dinero, como casi siempre, y de orgullo:
1. Mientras que una plicatura se realiza en 20 minutos y además la puede llevar a cabo el médico residente, la microcirugía de extirpación de la placa requiere un urólogo altamente especializado en esta técnica, un equipo y una logística adecuados. Supondría un enorme esfuerzo económico ofrecer la escisión de la placa mediante métodos modernos. Como la mayoría de los hospitales no tratan a más de unos 10 pacientes con curvatura del pene al año, no merece la pena realizar tal esfuerzo económico.
2. Las operaciones de plicatura son “la niña bonita” de la administración. Debido a uno (de los muchos) errores de planificación del sistema de facturación de los hospitales en Alemania, éstos reciben el mismo dinero, independientemente de si se opera 20 minutos mediante la técnica de Nesbit o se opera durante horas (cirujanos inexpertos) con una laboriosa microcirugía. Todos los médicos – incluido el médico jefe – están supeditados a la planificación de presupuestos de la administración del hospital.
3. Los médicos también son seres humanos. El sistema sanitario alemán está organizado de manera muy conservadora y jerárquica. A los médicos que ocupan posiciones de dirección les cuesta admitir que nunca han aprendido procedimientos más modernos y que, por eso, no los saben aplicar bien. Además, los médicos cada vez están más presionados por la reducción de costes. El Dr. Böhm, catedrático de Medicina de la Clínica Vivantes de Berlín, escribió sobre este tema en el número 4/2009 de la revista alemana especializada en cirugía «Chirurgische Allgemeine», dirigiéndose a los colegas médicos con un lenguaje directo y una sinceridad que pocas veces se ve en los médicos jefe: “Cuántas veces sucede que mandamos a un paciente a otro sitio porque allí hay un colega que lo sabe hacer mejor. Seguro que muy pocas. ¿Por qué? Porque preferimos ofrecer nosotros mismos el otro tratamiento para mantener al cliente – incluso aunque no sepamos hacerlo tan bien». Le agradecemos mucho estas sinceras palabras, que seguramente ayudarán a poner sobre la mesa y debatir el tema de la calidad.
El hecho de que se mantengan las operaciones de plicatura como estándar, por los motivos mencionados anteriormente, da lugar a la grotesca situación de que nosotros también nos tengamos que disculpar, como quien dice, por ofrecer tratamientos mejores y más modernos, y por eso, tengamos que soportar la hostilidad de otros médicos. Evidentemente, esto nos enfada.
En parte, también es cierto que el sistema tal y como es, sólo continúa existiendo de este modo porque los pacientes lo aceptan así, sin quejarse. Nos sigue sorprendiendo ver cómo algunos pacientes se han operado hasta cuatro veces ya según la técnica de Nesbit antes de venir a nuestra clínica, y encima por el mismo médico. Estos pacientes presentan reducciones del pene de hasta más de ocho centímetros.
Nosotros pedimos expresamente a todos los pacientes que sean responsables y no dejen su tratamiento al azar.
Proteste, manifieste su enojo, pregunte siempre que lo considere oportuno. Si duda de lo que le dice su médico, pregunte qué alternativas existen y, sobre todo, váyase de la consulta si las respuestas le parecen extrañas o si ni siquiera le contestan. Se trata ni más ni menos que de su salud.